El Real Madrid, conocido por su histórica política de fichajes de «galácticos», ha dado un giro estratégico en sus últimas campañas de verano. A diferencia del año pasado, cuando el club optó por no reforzar la delantera, este mercado estival ha sido testigo de dos incorporaciones clave que han puesto el foco en la defensa y la proyección a futuro: Dean Huijsen y Álvaro Carreras.
El club blanco no solo busca estrellas consolidadas, sino también jóvenes promesas capaces de dar un salto de calidad a la plantilla. La llegada de Huijsen, un imponente central con una destacada trayectoria en Roma, la Juventus y finalmente en el Bournemouth y la de Álvaro Carreras, un versátil lateral con experiencia en el fútbol inglés y portugués han generado un notable optimismo entre la afición y el cuerpo técnico.
Cabe destacar que esta exitosa estrategia de fichajes se consolidó gracias a decisiones tomadas el verano pasado. La renuncia a la incorporación de Leny Yoro, quien finalmente recaló en el Manchester United, y la renovación de Alphonso Davies con el Bayern de Múnich, permitieron al Real Madrid reorientar sus esfuerzos y explorar a fondo otras opciones en el mercado.
Esta flexibilidad y capacidad de adaptación fueron cruciales para identificar y atraer a talentos como Huijsen y Carreras, quienes, bajo la atenta mirada y dirección de Xabi, ahora son una realidad en el equipo blanco. Inamovibles.
El salto de calidad es innegable y el Madrid se encuentra con un «oro» buscando «cobre» en el mercado de fichajes. Dos realidades que ilusionan ante una temporada de altura y de máxima exigencia.
