Jude Bellingham acarrea molestias en el hombro desde el fatídico Real Madrid-Rayo Vallecano, en noviembre de 2023. El de Birmingham barrunta la posibilidad de operarse y acabar, de una vez, con ese problema que le afecta para jugar. Desde entonces, pese a tener altibajos, no ha recuperado su mejor nivel de forma física y se tiene que apoyar en un aparatoso vendaje para jugar.
El Real Madrid se jugaba la Liga y la Champions, en ese momento, y Jude decidió esperar a final de curso. Parecía que iba a perderse la Eurocopa con Inglaterra, pero el inglés aplazó en 2024 su operación y llegó al 2025 mermado físicamente.
El Mundial deja en el aire la posible operación
No ha tenido ningún hueco ni espacio para poder operarse y en 2025 parecía que iba a ir a la vencida. Su paso por quirófano está en el aire esta vez por el Mundial de Clubes. Los plazos que, a priori, sí encajan en las recuperaciones de Rüdiger, Alaba y Mendy para volver de cara a Estados Unidos o al inicio de temporada no encajan en Bellingham.
El club no quiere correr riesgos con la lesión de Jude, pero sabe de la importancia que tiene poder contar con el futbolista anglosajón en la cita mundialista. En esa encrucijada también entra la opinión del jugador, lo más importante en el asunto, que negocia con los médicos ese momento exacto por el que pasar por quirófano y operarse del hombro, tal y como explican fuentes médicas del Real Madrid a Dinastía Blanca.
En la primera línea de actuación se optó por un tratamiento conservador para evitar que la luxación fuera a más, con ejercicios de fortalecimiento que hacen que el jugador tenga un aspecto más «robusto» y fuerte físicamente, haciendo hincapié al gimnasio, mientras que el problema persiste y ya todo apunta a ese paso por quirófano. ¿El momento? El quid de la cuestión.
