Cuando falta apenas menos de un mes para el debut liguero ante Osasuna, el Real Madrid ve frenada su planificación estival. Sin salidas no hay fichajes: el club necesita liberar masa salarial y huecos en la plantilla, pero las ventas de Ceballos, Mendy y Rodrygo no encuentran destino; Vinícius ve aplazada su renovación hasta 2026; y solo Courtois y Gonzalo García avanzan hacia nuevos contratos.
Mientras tanto, futuras incorporaciones tras Huijsen, Alexander‑Arnold, Carreras y Mastantuono quedan en stand‑by a la espera de movimientos.
Las salidas, atascadas y sin ofertas
Dani Ceballos y Rodrygo Goes son dos ejemplos claros de este atasco. “No encontramos un equipo que cumpla sus expectativas”, admiten en la dirección deportiva a este periódico. Ceballos necesita un proyecto donde tenga rol y nivel salarial adecuado; Rodrygo, tras declinar varias propuestas, busca un destino que combine minutos y estatus. Su retraso paraliza no solo su futuro, sino también la llegada de atacantes o mediocentros que Xabi Alonso demanda.
El caso de Vinícius añade más presión. Con contrato hasta 2027, su renovación definitiva se posterga a 2026, dejando el extremo con todo por decidir de cara a la recta final de su contrato actual. Esa incertidumbre alimenta rumores y merma la capacidad de maniobra de Florentino Pérez.
Fichajes en suspense
En el capítulo de renovaciones, el Real Madrid avanza con tranquilidad. “Courtois seguirá, estamos en la fase final”, confirman desde Valdebebas; y Gonzalo García ultima los detalles para firmar su primer contrato profesional. Sin embargo, en la otra cara de la moneda, la firma de nuevos fichajes para terminar de completar la plantilla.
La estrategia del club es clara: priorizar la estabilidad contractual de lo imprescindible, mientras ajusta la plantilla según las bajas. Pero el calendario apremia: el debut ante Osasuna el 19 de agosto acecha en el horizonte y la pretemporada express en Valdebebas exige certezas para preparar tácticas y rotaciones.
El cuerpo técnico necesita cerrar el plantel para ensayar sistemas y definir titulares y recambios. Mientras tanto, el mercado permanece en punto muerto: sin salida de cupos, sin espacio en la masa salarial, los despachos se afanan por encontrar soluciones antes de que el calendario los obligue a dar por cerrada una plantilla incompleta.
