Sergio Ramos volvió a jugar contra el Real Madrid 18 años después, en un emocionante encuentro que terminó con un 1-1. El sevillano demostró que sigue siendo uno de los mejores centrales del mundo a pesar de los años que han pasado desde su última vez en el equipo rival.
Su desempeño en este partido fue excepcional, destacando tanto en defensa como en ataque. En defensa, Ramos salvó dos oportunidades claras de gol para su equipo. En un remate de Alaba, se lanzó valientemente para sacar el balón bajo los palos, evitando lo que parecía un gol seguro. Luego, mostró una vez más su valentía al despejar otro peligroso intento de Rodrygo, manteniendo su portería a salvo.
Además de su solidez defensiva, Sergio Ramos también dejó su huella en el ataque. Como es tradicional, su presencia en los córners y jugadas a balón parado fue inquietante para la defensa rival. En los últimos minutos del partido, estuvo a punto de marcar con un cabezazo dentro del área, pero el balón se fue fuera por muy poco, demostrando que su instinto goleador sigue intacto.