El arbitraje de ayer en el Sánchez Pizjuán en el partido entre Sevilla y Real Madrid fue uno de los más escandalosos que se recuerdan en contra del equipo blanco. Fue un total despropósito del colegiado vasco, De Burgos Bengoetxea.
Anuló dos goles legales al Real Madrid y no pitó un penalti de Jesús Navas sobre Vinícius. Pero la jugada más surrealista del partido fue el segundo gol anulado al Madrid, que marcó Bellingham.

La acción comenzaba con un cruce de Rüdiger para frenar una internada de Ocampos. El alemán tocó el balón y el argentino del Sevilla quedó tendido en el suelo. El Madrid inició un contrataque, y el colegiado le dijo a Ocampos que se levantara. Cuando vio que el contraataque del Madrid terminaba en gol, decidió preocuparse por el jugador argentino. Previamente al ver ese ataque prometedor cortó la ocasión pitando esa falta que, anteriormente, no se consideró como algo sancionable. ¡Nunca se ha visto una decisión tan increíble!
Ahí no quedó la cosa: anuló el primer gol por fuera de juego, cuando hay una imagen que demuestra que Sergio Ramos estaba detrás de Bellingham, por lo tanto, no había fuera de juego. Desde el VAR volvieron a manipular las imágenes y dieron una imagen dividida de la jugada. Para rematar la faena, no sancionó un empujón de Navas a Vinicius, ni siquiera quiso recurrir al VAR. Luego, se quejan de los videos de Real Madrid TV, lo que deberían hacer es producir una película con todos los agravios arbitrales en contra del Madrid.