El fútbol, como la historia, a veces se repite. O al menos, rima. En estos días en los que Franco Mastantuono está a punto de convertirse oficialmente en nuevo jugador del Real Madrid, no han sido pocos los que han señalado un detalle que va más allá del talento o la proyección: su asombroso parecido físico con Alfredo Di Stéfano, la leyenda que cambió para siempre el rumbo del club blanco. Pero el paralelismo no es sólo estético. También hay una conexión histórica inquietantemente parecida.
En 1953, el Real Madrid enviaba a uno de sus hombres fuertes, Raimundo Saporta, a Bogotá con 27.000 dólares bajo el brazo. Allí, cerraba con el presidente de Millonarios, Alfonso Senior, la adquisición de los derechos sobre Alfredo Di Stéfano, aunque con una fecha de caducidad: 15 de octubre del año siguiente.

De Di Stéfano a Mastantuono
Después, Saporta viajaba a Buenos Aires para hablar con el presidente de River Plate, quien le explicaba que ya había aceptado dos millones de pesetas desde Barcelona, y que el jugador estaba comprometido con el club azulgrana… pero no podía formalizarse el traspaso hasta el 1 de enero de 1955. Así, mientras el Barça se adelantaba, el Real Madrid movía ficha con astucia y paciencia, esperando una resolución que, como sabemos, terminaría cambiando la historia del fútbol europeo.
Ahora, 72 años después, el club blanco ha vuelto a enviar a su emisario más influyente: Juni Calafat. Y no a Bogotá, sino directamente a Buenos Aires, para convencer al talento más codiciado del fútbol argentino: Franco Mastantuono, jugador de River Plate y con un acuerdo avanzado con el PSG.

Pero al igual que ocurrió con Di Stéfano, el Real Madrid no se dio por vencido, actuó con inteligencia y volvió a inclinar la balanza a su favor. Mastantuono, seducido por el proyecto blanco y por el interés real de Xabi Alonso, dio el sí sin dudarlo. Y París, pese a tenerlo casi hecho, se quedó viendo cómo el tren pasaba por delante.
El parecido físico entre Mastantuono y Di Stéfano es evidente: ambos de complexión fuerte, rostro anguloso, mirada seria y desafiante, con ese aire sobrio y maduro que no se corresponde con su edad. Pero lo más llamativo no es su imagen, sino el contexto que los une: dos futbolistas argentinos, formados en River Plate, pretendidos por los dos gigantes de España… y al final, ganados por el Madrid.

El fútbol ha cambiado, pero hay cosas que se mantienen: la visión de club, el instinto en el mercado y la capacidad para actuar en el momento justo. Si en los años 50 fue Santiago Bernabéu quien entendió lo que significaba fichar a Di Stéfano, hoy es Florentino Pérez, junto a Calafat y Xabi, quien ha comprendido que Mastantuono puede ser una pieza clave del futuro.
¿Se repetirá la historia? Es pronto para decirlo. Pero si el pasado sirve como guía, el madridismo tiene motivos para ilusionarse. Porque algunas decisiones no cambian títulos… cambian eras.