Gonzalo García ha renovado su contrato con el Real Madrid hasta 2030. Lo hace con una cláusula de rescisión de 1.000 millones de euros, un blindaje de galáctico para el canterano que se ha ganado su lugar en el primer equipo a base de goles, trabajo y personalidad.
La estrella del Mundial de Clubes, donde fue Bota de Oro, ya es jugador del primer equipo a todos los efectos. Se despide así del dorsal 30 con el que irrumpió en Estados Unidos y que le vio marcar cuatro goles y dar una asistencia que resultó clave para conquistar el título. A partir de ahora, lucirá el dorsal que le indique el club, sin preferencias, aunque el número 9 que ha dejado Mbappé está en el aire y el 10 ya tiene dueño.
Esta renovación, trabajada con paciencia y consenso, refleja la apuesta total del club por un delantero distinto. Pese al interés real de grandes clubes de la Premier League, Gonzalo siempre tuvo claro su deseo: seguir en el Real Madrid. Y el Madrid, por su parte, también quería asegurar su continuidad y proteger su futuro.
Gonzalo es la apuesta de Xabi
El impacto de Gonzalo ha sido inmediato. En sus primeros diez partidos con el primer equipo ha anotado cinco goles, los mismos que Butragueño en su arranque y solo uno menos que Raúl. Y precisamente Raúl ha sido una figura clave en su desarrollo: su último técnico en La Fábrica y una presencia constante durante su explosión reciente, con mensajes y consejos directos desde la distancia.
Xabi Alonso ha sido el encargado de confirmar lo que ya se intuía. Apostó por él como titular cuando ni Mbappé ni Endrick estaban disponibles, y Gonzalo respondió como un ‘9’ de los de siempre: instinto, remate, presencia aérea y trabajo sin balón. Un perfil que no abundaba en la plantilla y que ha convencido a todos.
La historia de Gonzalo en el Madrid comenzó en 2014, cuando llegó con 10 años. En ese tiempo ha marcado 157 goles en todas las categorías, con una breve etapa en el Mallorca. Su evolución ha sido meteórica, y la renovación es el premio a una carrera construida desde abajo, con esfuerzo y goles.
