Mucho se está hablando del empujón de Vinícius al defensa del Leipzig, Orbán. Los antimadridistas salieron en tromba para decir que era una agresión y el colegiado debió expulsarlo.
La jugada comenzó con una falta de Vinícius sobre Orbán, y el defensa del Leipzig exageró la falta. Vinícius se lo recrimina, Orbán se encara con el brasileño y el de Río de Janeiro reacciona dándole un empujón.
Orbán se tira al suelo como si le hubieran dado un puñetazo, exagerando mucho la acción. El colegiado le mostró amarilla a Vinícius, y muchos ya sacaron su lado más antimadridista pidiendo la expulsión del brasileño.
Pero ha habido muchos casos de acciones similares a estas que no han mostrado ni amarilla, de eso saben mucho en Barcelona, y con Messi en muchas ocasiones como protagonista, y ninguno de los que ayer pedían la expulsión del brasileño callaban cuando era un jugador del Barça el que lo hacía.
En la temporada 2011, en los octavos de final de la Champions entre el Barça y el Arsenal, el defensa francés del Barça, Éric Abidal, cogió del cuello a un jugador del Arsenal y el colegiado no le mostró ni amarilla. En 2015, en cuartos de final de Champions entre Barça y Milan, Mascherano agarró fuerte del cuello a un jugador rossonero y tampoco fue amonestado.
Sin ir tan lejos, en un Argentina-Uruguay del pasado Mundial de Catar, Messi agredió a un jugador charrúa y tampoco le mostraron ninguna tarjeta. Y en un Brasil-Argentina clasificatorio para el Mundial 2026, Messi le dio una colleja a Rodrygo y también se quedó sin sanción.
Estos son solo unos pocos ejemplos que demuestran el doble rasero si lo hace un jugador del Madrid o uno del Barça. La prensa actúa muy diferente con Messi: nunca pidieron su expulsión, sino que lo justificaron.
Está claro que lo que hizo ayer Vinícius no está bien y tendría que controlarse más, pero lo que molesta es el doble rasero, según qué jugador lo haga.
