El Real Madrid ganó la Liga 36 y el madridismo siempre la recordará como la Liga de Carlo Ancelotti. El italiano, con un pie a principio de temporada en Brasil, supo sacar la mejor versión de sus jugadores y elevarla al olimpo del fútbol igualando (casi) la histórica marca conseguida en el 2012 con José Mourinho con 100 puntos.
Tras un verano complicado en el que falló el fichaje de Kylian Mbappé y Karim Benzema decidió hacer las maletas rumbo a Arabia Saudí, el Real Madrid arrancaría su andadura en la Liga del casi récord en San Mamés sin su portero titular, Courtois y Éder Militao se lesionaban de gravedad en la primera jornada de Liga. Pese a ello, el primer partido fue un 0-2 al Athletic Club en la primera gran cita de Jude Bellingham, sin duda, una de las grandes figuras del Real Madrid campeón de Liga.

Las lesiones no se notaron y el Real Madrid consiguió ganar 1-3 al Almería, 0-1 contra el Celta de Vigo, 2-1 ante el Getafe en el Santiago Bernabéu y 2-1 ante la Real Sociedad en las primeras cinco jornadas. Bellingham, estrella indiscutible, se ganaba el corazón de los madridistas con cinco goles en dichos encuentros. El «Hey Jude» empezaba a resonar en el coliseo madridista en el inicio del curso.
Llegó la primera gran prueba del campeonato, en el Cívitas Metropolitano, y ahí se sumó la primera y única derrota de toda la temporada. 3-1 ante el Atlético de Madrid en un partido marcado por la polémica arbitral en el que no señalaron una clara falta sobre Bellingham antes del gol de los rojiblancos y en el que no se dio validez a un gol legal de Camavinga previo agarrón sobre Rüdiger. Terminarían llevándoselo los de Simeone por un 3-1. Un partido que fue todo un aprendizaje.
Los de Carlo Ancelotti se levantaron del traspié y ganaron 2-0 a Las Palmas, 0-3 al sorprendente Girona de Míchel y 4-0 a Osasuna antes de la siguiente gran jornada, la del Clásico ante el FC Barcelona. Bellingham lo ganó con un doblete en Montjuïc y desquició por primera vez al barcelonismo y a Xavi, en su primera gran tarde de blanco.

El inglés seguía incrementando sus registros goleadores. Su obra culmen llegó en el primer gran Clásico de la temporada, en Montjuïc, anotando un doblete y remontando en el minuto 90 el gol inicial de Gundogan. Previamente, al Madrid parecía que solo lo podían frenar los árbitros, primero ante el Sevilla y luego ante el Real Betis con jugadas muy polémicas que se pasaron por alto y terminarían costándole puntos decisivos para lograr una Liga casi de récord.
El Madrid siguió ganando y goleando, solo los árbitros ante el Sevilla y Betis podían frenar el vendaval de los de Carlo Ancelotti. Victorias con sabor a Liga en los últimos minutos de los partidos y un gen ganador incansable.
Los blancos, pese a esos empates, solo se dejaron puntos en el Bernabéu ante el Rayo Vallecano y ante los andaluces citados. Acabó el año con victorias ante el Valencia por 5-1 en uno de los mejores partidos del curso, contra el Cádiz por 0-3, ante el Granada con un 2-0, 4-1 frente al Villarreal y 0-1 contra el Alavés. Ante los groguets se sumó otra mala noticia para los de Carletto con la lesión de gravedad de David Alaba.

El Real Madrid empezó el 2024 con una nueva racha de victorias: 1-0 frente al Mallorca, 0-2 contra el Getafe, 3-2 ante el Almería y 1-2 contra Las Palmas. Otra vez, los árbitros y Atlético de Madrid tumbaron ese gran registro. Llegó el derbi del Bernabéu y de vuelta se salpicó con polémica tras tres posibles penaltis no pitados que se fueron al limbo y que costaron puntos en el 1-1 ante los de Simeone.
Lo siguiente era una final ante el Girona y el Real Madrid impuso su ley con una gran versión de Vini y de Bellingham para terminar ganando 4-0 y rozar con la yema de los dedos el título liguero. La distancia empezaba a ser importante y el equipo, tal vez, pecó de relajación en la siguiente jornada dejándose puntos contra el Rayo en el 1-1 de Vallecas. La segunda unidad salió con hambre y se comió el mundo en la parte final del curso. Victoria importante contra el Sevilla con un Modric rejuvenecido, por momentos, y llegó el momento de Carlo. Ancelotti tiraba de grupo y fondo de armario para finiquitar por la vía rápida el título doméstico e incrementar la distancia sobre sus perseguidores.
Llegó la cita clave de Mestalla en la que el colectivo arbitral parecía que se desfundó para tratar de que la Liga no terminase tan temprano y ni por esas pudieron evitarlo. Incomprensiblemente Gil Manzano pitó el final del partido justo cuando estaban centrándole un balón a Bellingham que era el 2-3 que debió subir al marcador y no lo hizo. Era la última bala para tratar de arrebatar una carrera por el título impecable.

El Real Madrid volvió a poner velocidad de crucero y ganó todo lo que le quedaba de calendario para certificar el alirón. 4-0 al Celta de Vigo, 2-4 a Osasuna, 2-0 a Athletic Club, 0-1 al Mallorca y rematando la faena con un 3-2 ante el Barça. Tuvo aroma de campeonato ganar en el minuto 90 a los de Xavi, con gol de Jude Bellingham, para alejarles definitivamente de la Liga y dejar a tiro matemáticamente el título. Lo certificaron ganando a la Real Sociedad 0-1 y 3-0 al Cádiz en el Santiago Bernabéu, sumado al 4-2 del Girona contra el FC Barcelona, para terminar de certificar el alirón. Una Liga perfecta en la que el Real Madrid demostró que tiene a la plantilla más completa de toda Europa.
