Kylian Mbappé vio cartulina amarilla por protestar, mientras que las constantes pérdidas de tiempo del Espanyol no fueron penalizadas.
Munuera Montero era el árbitro elegido para dirigir el Real Madrid-Espanyol, en el césped, mientras que De Burgos Bengoetxea le arropaba desde la Sala VOR al mando de todas las pantallas.
El Real Madrid iba 0-0 y se resistía el gol, pese a mostrar buen fútbol ofensivo y buena contundencia en defensa, pero el Bernabéu empezaba a cargar contra ese mismo árbitro una vez quedaba rebasada la primera media hora de juego.
En el minuto 30 le mostró amarilla a Kylian Mbappé por protestar y el público merengue cargaba al grito -ya famoso- de «corrupción en la federación» para mostrar el descontento existente con el árbitro. A su vez permitía que Joan García perdiese tiempo en cada saque de portería y jugase desde bien temprano con el cronómetro aprovechando el 0-0.
El de Bondy, con una sonrisa irónica, empezaba a entender esos arbitrajes que él seguía desde lejos por TV. Ya sabe cómo se las gastan en la Liga de Tebas…
Foto: Movistar LaLiga