Tras el fichaje de Kylian Mbappé, algunos ya están buscando problemas donde no los hay. Con la llegada del crack de Bondy, lo más seguro es que Ancelotti cambie de sistema.

Esta temporada ha jugado con un 4-4-2 en rombo, pero con la llegada de Mbappé podría cambiar de sistema y volver al clásico 4-3-3, donde jugarían Mbappé, Vinicius y Rodrygo, un tridente de auténtico lujo.

El problema es que sobraría un centrocampista. Valverde y Bellingham son fijos, y entre Camavinga y Tchouaméni se jugarán el puesto para jugar de pivote defensivo. Algunos lo ven como un problema, pero es un bendito problema para cualquier entrenador, más teniendo en cuenta que el Madrid va a jugar hasta siete competiciones la próxima temporada: Liga, Champions, Copa del Rey, Supercopa de España, Supercopa de Europa, Copa Intercontinental y Mundial de Clubs. Con lo cual habrá minutos para todos. El Madrid podría jugar la próxima temporada entre 69 y 70 partidos, una auténtica barbaridad.

Con esto, el de Reggiolo tendrá que hacer muchas rotaciones para que llegue el equipo fresco a final de temporada. Donde algunos ven un problema tener dos jugadores de enorme calidad para un puesto, Ancelotti ve un bendito problema poder contar con dos de los mejores pivotes defensivos del mundo.

Habrá minutos de sobra para los dos, que además pueden jugar en varias posiciones. Camavinga puede jugar de lateral izquierdo e interior, y Tchouaméni puede jugar también de central. Bendito problema para el técnico italiano, ya quisieran muchos entrenadores tener ese problema, pero algunos no soportan que el Madrid tenga esta gran plantilla y buscan problemas donde no los hay. Nada nuevo.

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Apasionado de los deportes y del Real Madrid.

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