Lo que parecía un acuerdo cerrado, tal y como te contaba este periódico, al menos de palabra, entre Vinicius Júnior y el Real Madrid, ha cambiado de rumbo en las últimas semanas. El extremo brasileño, que tiene contrato hasta 2027, ha decidido congelar las negociaciones para su renovación. Y lo ha hecho en un momento en el que el club blanco consideraba que solo faltaba la firma, según anuncian algunos medios de prestigio como The Athletic.
Dudas que llegan tras el Mundial de Clubes
Durante el torneo, Vinicius vivió su momento más incómodo en mucho tiempo dentro del vestuario blanco. La clave, según fuentes cercanas al jugador, fue la semifinal contra el PSG. En el entrenamiento previo, Xabi Alonso lo situó en el equipo suplente, y aunque una lesión de Alexander-Arnold forzó su entrada en el once, lo hizo como extremo derecho, una posición que nunca ha considerado suya.

Vinicius siempre ha insistido en que su lugar es la banda izquierda, donde puede explotar su verticalidad y desborde. El experimento no funcionó bien y dejó un poso amargo en el jugador, que se sintió desplazado y cuestionado por primera vez desde su explosión.
La amenaza del 2027
El problema para el Madrid es que Vinicius no tiene prisa. Con contrato hasta 2027, si no renueva antes del verano de 2026, podrá negociar como agente libre. Y esa perspectiva no le disgusta: podría recibir una prima de fichaje millonaria, similar a la que obtuvo Mbappé, lo que ahora mismo pesa más que cualquier mejora salarial que el club le proponga.
En Valdebebas no contemplan la opción de que el ‘7’ se marche libre. Renovar a Vinicius es prioridad absoluta, tanto por lo que representa como por evitar un precedente delicado. El brasileño había pedido ser el jugador mejor pagado de la plantilla, algo a lo que el club estaba dispuesto a acceder, pero sin alcanzar las cifras desorbitadas de un fichaje libre.

Un verano clave para ambas partes
Aunque el club mantiene la calma y confía en que Vinicius recapacite, su postura actual inquieta. El brasileño está escuchando a su entorno y analizando la situación desde otra perspectiva: no solo deportiva, sino también contractual y personal.
Por ahora, no hay ruptura, pero el escenario ha cambiado. Vinicius ha decidido tomarse su tiempo, y el Madrid sabe que si no firma pronto, el reloj jugará en su contra. El verano de 2026 puede ser un punto de no retorno si no hay renovación antes. Mientras tanto, en el club solo hay una consigna clara: no permitirán que se marche gratis.