Xabi Alonso tenía planeado sorprender en el once inicial. En su libreta, la idea era clara: dejar a Vinicius en el banquillo y apostar por una delantera con Gonzalo y Mbappé, más vertical, más asociativa y con mayor sacrificio defensivo en los primeros minutos de juego, según explican en OkDiario.
La decisión no era menor: dejar fuera a uno de los jugadores más desequilibrantes del mundo suponía un riesgo, pero también un mensaje táctico. El plan pasaba por guardar al brasileño para la segunda mitad, con un PSG ya más desgastado, y ahí sí, soltar toda su electricidad.
Trent cambió el plan
Pero todo cambió a última hora. La baja inesperada de Trent Alexander-Arnold obligó a modificar por completo la estructura del equipo. Sin el inglés, Xabi tuvo que mover piezas: Valverde pasó al carril derecho, y esa reubicación liberó un puesto en el once ofensivo. Con el uruguayo ya ocupado en tareas más defensivas, el técnico recurrió a Vinicius, que finalmente entró como titular.

El cambio táctico alteró la dinámica del equipo. La entrada del brasileño dio amplitud y desborde desde el inicio, pero también dejó más expuesto el centro del campo, donde se notó la ausencia de un Valverde más cercano al pivote. El plan A quedó descartado por la lesión de última hora y el planteamiento inicial de Xabi buscaba otra cosa: control, presión alta y una línea de ataque más comprometida con el repliegue.
Una vez más, las bajas condicionaron el guion. Xabi había imaginado un escenario. La realidad le obligó a improvisar otro.

