Un ex árbitro denunció un presunto intento de soborno del Barça y presentó tres pruebas irrefutables para demostrarlo; fue antes de la era Negreira.
El perfil en la red social en X de FutbolGate ha mostrado nuevas pruebas que, en su día pasaron desapercibidas y, ahora cobran relevancia por todo lo que sigue saliendo, día tras día, del caso Negreira y su BarçaGate.
El Diario As, en noviembre de 1985, publicó un extracto de una carta que firmó Anastasio Mayoral Cedenilla al CTA por presunto intento de soborno del FC Barcelona y que ahora ha rescatado el citado medio. Le ofrecían más de un millón y medio de pesetas por beneficiar al Barça en Copa y hacer que pasaran de ronda y ponían su negocio personal de por medio.
Tres pruebas
Presentó tres pruebas (una fotográfica, una tarjeta y grabaciones que acreditaban ese hecho). Antoni Pagès fue una persona muy cercana a Núñez (ex presidente de los azulgranas) y el que facilitó el fichaje de Bernd Schuster.
«La presente tiene como objeto poner en su conocimiento una serie de hechos y datos que creo que requieren una investigación para su esclarecimiento y actuación de los organismos competentes. Como más adelante verá, el primer indicio lo tuve con fecha doce de diciembre pasado, momento desde el que he tratado de conseguir que hicieran factible la investigación, razón por la cual no he hecho ningún tipo de comentario público ni privado, incluso ni a ese Colegio Nacional de Árbitros, ya que la gravedad del asunto aconsejaba la mayor prudencia y discreción.
Una vez que considero agotados los medios a mi alcance para obtener más información o más pruebas, pongo a su disposición ambas para que proceda como considere oportuno. Fui designado para dirigir el partido de Copa entre el Fútbol Club Barcelona y la Único Deportiva Lérida, que se celebró el día veintisiete de noviembre pasado. El día anterior y sobre las diecinueve horas recibí una llamada telefónica en mi oficina del señor Adrada, el cual me dijo quería saber cómo iba a realizar el viaje, pues deseaba invitarme a comer. Le comuniqué que, debido a que tenía que partir a las veintiuna horas, quedaba citado con el gerente de una empresa a la cual le compró material, por lo cual me resultaba imposible comer con él. Insistió añadiendo que me había portado muy bien con él cuando estuvo en Madrid hace unos seis años, en vista del público recibimiento al asistir con él señor que había citado.
Una vez finalizado el partido, nos acompañó hasta la salida el delegado del campo, señor Peris, el cual nos preguntó que, si teníamos reservado algún lugar para cenar, diciéndole que íbamos al mismo lugar en que habíamos comido e invitándole a que nos acompañara.
«En el transcurso de la cena se personó un señor, levantándose el señor Adrada y hablando con él, nos rogó que le disculpáramos un momento, marchándose del local por un espacio de tiempo de cuarenta y cinco minutos, aproximadamente. Con fecha de dos de diciembre y sobre las diecinueve horas, estando en mi domicilio, recibí una llamada telefónica de una persona que se identificó como Antoni Pagés, el cual tenía mucho interés en hablar personalmente conmigo, ofreciéndome a viajar a Madrid en la fecha que yo le indicara para mantener una entrevista. Con fecha del día doce quedé citado en el aeropuerto de Barajas con este señor, el cual se me presentó como don Antoni Pagés Surroca residente en Figueras, el cual incluso me dio su tarjeta personal.
Intento de soborno
Le invité a comer y le rogué que me indicara cuál era la razón por la que quería verme, manifestándome lo siguiente: el señor Adrada le había dicho que yo tenía una empresa de estanterías metálicas que marchaba mal, que era íntimo amigo mío y que me vendría muy bien una inyección de moral. Como él está muy próximo al Barcelona, quedó en consultarlo y comunicarme posteriormente que estaban conformes, solicitando al señor Andrada un millón y medio de pesetas para mí y percibiendo él la cantidad de cien mil pesetas como intermediario.
En el descanso del partido y en el palco presidencial, el señor Adrada le había pedido el dinero para entregármelo en la caseta, negándose él, salvo que bajara al vestuario, lo cual no fue admitido por Adrada. Finalizado el partido, había estado a la puerta del restaurante hablando con Andrada y este seguía insistiendo en percibir el dinero, negándose él a no ser que me fuera presentado. El motivo de querer entrevistarse conmigo era saber si yo tenía solicitado esa cantidad y en caso de ser afirmativo estaba dispuesto a volver a Madrid al día siguiente, trayéndome dinero. He mantenido diversas conversaciones con don Antonio Pagés, que me han servido para conseguir una serie de diversas pruebas«, escribió en la carta.
Mayoral tuvo que declarar por ese presunto soborno del Barça, buscando pasar de ronda en Copa del Rey ante el Lleida tras perder 3-1 en la ida. Una historia que acabó en manos del CTA y que acabó con un descenso de categoría del propio denunciante, según explicaban en El País, a la postre, en una historia que ahora ha ganado peso al estallar el caso Negreira.
Foto: EFE